Nuestra botella contiene la misma levadura que cuando fue
fermentada, la cual aún sigue trabajando. Lo podemos comprobar viendo que con
el paso del tiempo los sabores se redondean y los percibimos de diferente
manera.
ESPUMA
Una cremosa, persistente y suave espuma es la corona de una
gran cerveza. La espuma hace de protección de los compuestos volátiles que
posee la cerveza. Estos se evaporan de la cerveza para crear su aroma, como los
aceites del lúpulo o los compuestos producidos durante la fermentación como el
alcohol y los ésteres con sabor a fruta. Para respetar la creación de esta
espuma, tenemos que enfriar la cerveza de forma gradual y no introducirla
directamente al congelador, porque queriendo ganar tiempo vamos a perder la
esencia.
La prueba de que estamos hablando de una cerveza de calidad,
lo podemos comprabar en los trazos o rastros que deja en el vaso (foam cling).
La espuma delicada y consistente se adhiere al vaso después de cada trago,
dibujando como si fuera un “encaje” (Encaje de Bruselas).
Nuestra cerveza tiene una particularidad muy importante. Tiene
gasificación o carbonatación natural. En el momento del embotellado le echamos
azúcares (priming) para que la levadura siga fermentando y genere el CO2. Esto
significa que no es introducido a presión artificialmente. Este tipo de
carbonatación produce unas burbujas más pequeñas, que dan como resultado una
espuma más cremosa y persistente.
TEMPERATURA
Cada cerveza tiene su rango de temperatura para que pueda
desplegar mejor todos sus aromas, texturas y sabores.
Las bajas temperaturas hacen que los aromas queden
camuflados y al mismo tiempo, pueden dormir las papilas gustativas del catador.
Nuestras cervezas deben servirse a una temperatura un poco más elevada para apreciar
todos sus aromas, sin perder en ningún momento la sensación de frescura.
Aconsejamos servir L’Ombria Blat entre 7º y 10ºC. L’Ombria
IPA y L’Ombria Red entre 10º y 12ºC.
VASO
Depende de la copa, vaso, jarra o recipiente que utilizemos,
apreciaremos de forma diferente el color de la cerveza (EBC), al igual que
condiciona la liberación de los aromas y la retención de la espuma.
Los estudios científicos demuestran que la forma de la
cristalería afecta al desarrollo y la retención de la espuma. Esta espuma hace
de red manteniendo todos los compuestos volátiles que se encuentran en la
cerveza.
Se trata de un vaso largo, estrecho en la base y con finas
paredes que muestran el color de la
cerveza. La amplia boca está destinada a formar una espuma generosa y con
volumen, la cual se mezclará con la levadura de la segunda fermentación, si
removemos al final la botella. Además, la inclinación inferior del vaso atrapa
los aromas y sabores, tanto del cítrico, del trigo como del lúpulo noble que
contiene.
Este vaso ofrece una boca abierta, estrechándose para formar
una base pequeña con grandes facetas alrededor. Recomendamos este vaso, ya que
al servir la cerveza, el relieve que posee el recipiente por dentro remueve y
enfatiza la espuma, al igual que sus aromas afrutados y a lúpulo.
La boca ancha del vaso junto con la estrechez de su base
permite una buena formación de espuma y beber la cerveza fácilmente. Este vaso
es lo bastante largo para evitar mucho contacto con la mano, conservando mejor
la temperatura de la cerveza sin que se caliente de más.
Recomendamos esta copa para los tres estilos que fabricamos,
ya que es el recipiente perfecto para las cervezas tipo Ale. El cono superior, curvado
hacia dentro, permite atrapar los aromas en su interior y ayuda a mantener la
espuma en la cabeza del vaso.
NUESTROS CONSEJOS
-
Conservar en un lugar fresco por
debajo de los 20ºC.
-
Si es posible dentro de un
frigorífico (4º - 10ºC).
-
No exponer directamente a la luz.
-
No agitar el recipiente.
-
Mantener siempre en posición
vertical. La levadura que haya terminado su trabajo, decantará posicionándose
en la base del recipiente. Esta levadura se puede tomar en el último sorbo, si
se desea encontrar la indentidad de la cerveza.